Hay pocas sensaciones más placenteras que utilizar una toalla recién lavada, suave, perfumada y con la tranquilidad de que está profundamente limpia y libre de gérmenes.
Con el paso del tiempo, nuestras toallas pierden suavidad ya que están sometidas a humedad y continuos cambios de temperatura. Además, al lavarlas a menudo, sufren un gran desgaste, como cualquier prenda de vestir. Si querés saber cómo lavar tus toallas para que queden suaves,